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Obtuvo el mejor expediente académico en el grado de Ingeniería Telemática pese a que lo tuvieron que convencer para que fuera a la Universidad y compaginó estudios y trabajo. Entró a la Armada sin intención de quedarse pero se ha quedado por las posibilidades de promoción y con un objetivo en mente: llegar al Mando Conjunto del Ciberespacio y aplicar íntegramente sus conocimientos en telecomunicaciones. La historia académica, profesional y personal de Pedro de la Calle Martínez es tan compleja como interesante.
Procedente de Formación Profesional, le tuvieron que convencer epara acceder a la Universidad porque ya había comenzado a trabajar. “Me dieron beca y eso me obligó a estudiar”, cuenta, pero “venía básicamente a las prácticas y había profesores a los que conocía en el propio examen”. El suyo era un plan antiguo y apenas pudo convalidar créditos del FP, lo que le obligó a sacarse la carrera poco a poco, pero con buenas notas, tanto que el suyo figura como el mejor expediente hasta la fecha del grado en Ingeniería Telemática.
“Venía a la Universidad a lo que venía, a estudiar, no podía distraerme y aprovechaba las clases a las que podía asistir para prestar el máximo de atención”, recuerda el egresado, recomendando a quien compagina trabajo y estudios que no cruce atenciones. “Lo ideal es estudiar cuando estás estudiando y trabajar cuando estás trabajando”, remarca. “Mi ventaja es que mi trabajo era físico, pero no intelectualmente demandante. Llegaba a casa cansado físicamente, pero no mentalmente, y me ponía a estudiar”, recuerda.
Justo al terminar la carrera perdió su empleo, en plena resaca de la anterior crisis económica. “Ya estaba pagando hipoteca y no podía aceptar becas o empleos mal remunerados, lo que me condicionaba mucho”, lamenta. Ante ese panorama, recibiendo únicamente ofertas poco atractivas para irse a Alemania y de consultoras “cárnicas, donde machacan ingenieros” también para irse fuera de la Región, optó por el ejército.
“Se me acababa el paro cuando salió la convocatoria de Tropa y Marinería. Hubo mucha competencia, 42.000 inscritos para 1.500 plazas, y el 80% de mi promoción éramos titulados universitarios”, destaca. “Era empleo seguro durante seis años pero no pensaba presentarme si me llegaba alguna otra oferta decente, pero ni una triste llamada recibí”, rememora.
Su periplo en la Armada comenzó en Ferrol, destino al que vuelve ahora tras varios años destinado en Cádiz y en Cartagena y con la experiencia de haber realizado misiones en el Índico combatiendo la piratería.
“No tenía intención de quedarme pero he visto que aquí la progresión de tu carrera no depende más que de ti, y estudiando he ido ascendiendo”, comenta. Actualmente es jefe de control de buque, lo que incluye las comunicaciones del barco, el aspecto que más le interesa y que conecta con su formación en la UPCT.
“Quiero especializarme en comunicaciones con el objetivo de llegar al Mando Conjunto del Ciberespacio y poner en práctica todos mis conocimientos como ingeniero”, concluye.